Comunidad

Mi nombre es Riham Ishaq, soy de Beit Sahoor, una pequeña ciudad cerca de Beit Lahem. Soy directora palestina y también trabajo como actriz. Pero hago más que eso, me especializo en más de una disciplina en las artes. No me limito solo al teatro (las artes escénicas), también dibujo, a veces canto y bailo. Así que hay más de un campo en las artes que me gustan y en los que trabajo. A veces combino todas estas disciplinas en una dirección y hago algo como una producción artística o una actuación.

Abrí este lugar, el estudio de arte, hace aproximadamente 3-4 años. Técnicamente lo abrí en 2017, el año pasado, pero comencé a trabajar en ello y a planificar la apertura de este espacio en 2014. Esto se hizo principalmente porque necesitaba un lugar… algún lugar en Beit Sahoor, ya que es una ciudad tan pequeña que no hay un espacio dedicado para artistas o para que hagas lo que necesitas hacer como artista. Así que abrí este espacio en el que primero me sintiera cómoda y luego lo abrí al mundo exterior. Es la antigua casa de mi abuela que renové, redecoré, y transformé en un estudio de arte. Un lugar donde puedo venir y hacer mis artes, y donde la gente puede venir a dibujar, y también podemos realizar talleres que van desde teatro, dibujo, música, sesiones de improvisación musical y otras expresiones/artes musicales.

Las dificultades de este proyecto son obviamente significativas. Especialmente porque soy la única que trabaja en esto y soy responsable de él. Comencé esto por mi cuenta, así que a veces siento que estoy sola en esto y que estoy demasiado cerca para tener una perspectiva realista. Siento que esto es algo que creé para mí… ¿Cómo crearé un entorno acogedor para los demás, del que se sientan parte? ¿Cómo lograré que más personas aprecien lo que está sucediendo y también sientan que quieren contribuir y participar? Estamos muy acostumbrados a tomar y tomar y consumir. Así que puede ser un desafío para las personas visitar este lugar y, al mismo tiempo, dar algo a cambio. Es bastante desafiante convencer a la persona frente a ti de que compre una pintura en un espacio que está destinado a ser creativo y acogedor. La dualidad es difícil.

Este es uno de los mayores desafíos que he enfrentado. Organizar una galería o una exposición y hacer que las personas entiendan que lo que compren aquí vuelve al salón de arte y tiene un valor. Lograr que otros aprecien el valor de lo que se hace aquí puede ser difícil, porque a menudo asociamos el valor con cosas como comida, pan o ropa. No con el arte. Así que eso también fue un desafío.

Tenía dos desafíos: mantenerme y sostenerme con los ingresos de este lugar y garantizar la continuidad, al tiempo que hacía algo por esta comunidad. Y hacer que los demás sientan que pertenecen y pueden participar abiertamente para que puedan invertir su tiempo y construir este lugar.

Me preguntaste sobre los desafíos que enfrentamos en estas sociedades en particular, cómo pueden funcionar en el sistema del que estamos hablando. Todo es un desafío desde el principio hasta el final. El primer desafío que vemos es aceptar la idea; esta idea, como dijo Aisha, está comenzando a desaparecer. ¿Qué es el voluntariado, qué es el sistema de ayuda, cuando la gente solía reunirse y ayudar en la cosecha de aceitunas o incluso construir una casa para alguien cercano en la comunidad?

¿Qué significa esto? Revivir la idea y lograr que la acepten fue uno de los desafíos más grandes que enfrentamos. Estamos hablando de un sueño, de algo irreal. En el sistema en el que vivimos ahora, ¿cómo se valorará esto financiera y económicamente? Intentamos resolverlo en numerosas reuniones y a través de ejemplos de personas que pudieron trabajar juntas con estos recursos y ayudarse mutuamente a través de la comunicación en relaciones sociales, intercambiando habilidades y conocimientos para crear algo a partir de la nada. Entonces, el desafío fue cómo convencerlos de ello.

En segundo lugar, con la iniciativa en sí misma, valorar los recursos locales y darle valor a su propio trabajo y esfuerzos. Esta idea era ajena porque los recursos eran gratuitos, por lo que se percibían como invaluables. Darle valor a su propio trabajo y esfuerzos. Tú pones esfuerzo para servir a la comunidad y debe mostrarse su significado. Esto crea una hermosa relación con tu vecino y tu comunidad. Esto también fue uno de los desafíos más grandes que enfrentamos. 

Los desafíos técnicos se basaban en las iniciativas, cómo llevarlas a cabo, quiénes son las personas más adecuadas para pensar en los beneficios sociales, en un concepto de economía pura. Siempre estamos en cuatro aspectos de desarrollo, fuertes, completos en la sociedad. Debes tener en cuenta las dimensiones, la economía es muy importante, pero debe ser una economía local para que estés sólido en tu tierra y produzcas. El aspecto ambiental, cómo podemos servirnos y utilizar asuntos relacionados con nuestra economía y no dañarla porque al final es lo que nos dará riqueza y nos beneficiará. La tercera cosa son las relaciones sociales y el cuarto aspecto es la cultura palestina y la importancia de preservarla.

Cuando hablamos de estas cuatro dimensiones, cuando planeamos las iniciativas, vimos que había desafíos para incorporar estos elementos. No es necesario incorporarlos, pero debemos ser conscientes de ellos. Lo bueno de nuestra forma de proceder es que aprendemos de la experiencia. Cada vez que nos involucramos con una comunidad, aprendemos de ellos. No tenemos un plan establecido que queremos completar. Cada vez que trabajo con una comunidad, comprendo a fondo sus problemas, desafíos específicos y contexto particular en la sociedad. Así que desarrollo mis iniciativas en base a sus propias percepciones, al tiempo que minimizo los desafíos cuando trabajo con estas comunidades.